Saturday, June 23, 2007

BREVE...

Le vi la furia en la mirada y de repente, desplegó sus alas, las batió y se fue alejando poco a poco. Otro día será, hoy;no pienso morir. JoelLangarikaPVJalMèxCRDR.

Saturday, March 17, 2007

UNA TARDE FRÌA...

A veces, uno se convierte en un cuento y la verdad, esa veracidad apabullante de la vida, con el contorno sùtil del borrador, nos difumina lentamente..." Decìa el acusado frente al cadalzo justo, cuando se abrìa a sus pies un fozo oscuro y sentìa la soga apretarle el cuello. "Amèn" dijo el cura..."Por fi..." dijo el pròscrito sin terminar la frase. Uno a uno, se fueròn Yendo los presente, dejando a dos alguaciles y a un cuerpo como badajo de camapana en ese cuarto gris. En la calle, alguien silbaba una canciòn, un perro cagaba la acera y la madre del asesino; soltaba una làgrima sin miedos. "Es la eternidad, Aurora, es la eternidad..." Le decìa a mi amante envuelto en sus brazos, cuando apague la televisiòn donde habiamos presecenciado el ahorcamiento de un asesino serial. "Sì, es la eternidad..." dijo somnolienta. "Pero prefiero lo efìmero, como este beso" y vistiendose, saliò. Ambos sabiamos que como el muerto ese, nada era para siempre; el olvido nos llego una tarde frìa de sexo._________________ JoelLangarikaPuertoVallartaJaliscoMèxicoCRDReservados5/2006

Tuesday, February 27, 2007

SOLO HABÌA TRES CIGARRILLOS...

Me miré al espejo. Lo único que veía de mi rostro era una mancha roja y amorfa. Me costaba mirar, la hinchazón era tal que no podía abrir del todo los ojos. Me dolia una costilla, el pecho y manaba sangre de la sien, empapando mi cabello y haciendo de el una marana. Abrí el buró buscando los cigarrillos, entonces fué que me encontré con la fotografía, los dos ahí, frente a la iglesia azul, con la mirada puesta el uno en el otro. De eso hace cinco anos, nunca imaginé que Rodrigo resultara ser un hombre violento. Alzé la vista hacia el espejo, y dento de esa imagén que veía, esa cara amorfa y roja, esa deformidad que se metía en mis ojos, tras ella, la cama y un bulto. Entonces lo recordé, él ahí, en esa cama, en cruz, con los ojos abiertos y una mancha púrpura entre las cejas. Bajé la vista y me encontré con la pistola. Cerré los ojos, los abrí de nuevo, cogí la cajetilla de cigarrillos mentolados, la abrí. Solo había tres cigarrillos. Los fumé todos uno a uno, lentamente, recordando algo que había hecho y no lograba comprender que...Que. JoelLangarikaCRDreservadosmarzo2005

Saturday, February 24, 2007

CLARITA.

"El caminar, debe ser despacio, saboreando cada paso, todo preàmbulo" Escribio Clarita en su diario. "¡Hoy vendrà Carlos!" y luego la fecha, un corazòn rojo y la huella de carmìn de sus labios. Carlos apareciò a las ocho y treinta, diez minutos despuès de que los padres de Clarita se dirigieràn al teatro. Ella abriò la puerta toda sonrisas, le beso en la mejilla y tomandole de la mano; lo llevò a su cuarto. Dos horas màs tarde, desnuda y con el corazòn a galope Clarita escribìa en su diario: "El caminar debe ser màs ràpido, incesante, temerario, no debe uno detenerse jamàs, debe uno disfrutarlo. Dear diario, contacte a Eduardo por internet, vendrà el viernes". Todos los viernes, en casa, Clarita se abre sin premura a cualquier desconocido que quiera cuerpo. Le ha pedido a su madre, plata, para comprar otra libretita azul con candado. JoelLangarikaPuertoVallartaJaliscoMèxico.CRDReservadosoct2006

Tuesday, February 20, 2007

ORGASMICOS(cuando las cervezas alteran)

Lo último que esperaba de Laura era eso, José, que me dijera lo que me dijo, que me hiciera reír y luego me fuera a dormir a la sala y ahora...no me habla. Así comenzó la conversación entre Pancho y yo, y fue una conversación de horas, al calor de las cervezas y el sopor de la tarde, se nos fueron las palabras recordando el rancho aquel, donde nacimos y todo porque Laura, que también nació allá, le recordó en una frase a Doña Trini, una vieja bien bragada, que no soltaba al marido ni al sol y ni a sombra, y si el marido se iba a embriagar, ella con todos los pantalones del mundo se le pegaba como lapa y se embriagaba con él, así fuera en una fiesta o en un putero. Por eso, cuando me contó Pancho, que él y Laura se fueron de farra, se embriagaron, se besaron, se manosearon y cuando a la hora de la verdad, Pancho, como buen caballero le había pedido a Laura, que pensara bien, que porque la amistad era algo y lo que estaba a punto de suceder, cambiaría muchas cosas, aún sabiendo de antemano que Pancho era un mujeriego empedernido y Laura se merecía algo mucho mejor...Entonces mi querida amiga Laura, como toda mujer nacida en ese rancho de mulas, se le quedó viendo seria, muy seria y con lentitud pero a la vez con mucha firmeza en la voz le respondió: "Ha sí! pedazo de cabrón, pues como dijo la Doña Trini!: po´s no me muevo de aquí cabrón, y dormiremos de espaldas, culo con culo y chingue a su madre el que se volteé!..." Entonces, fue cuando Pancho se paro y se fue a dormir a la sala, y la Laura, anda como buena vecina de San Tomás de las Mulas, con una jeta de enfado y sin hablarle a Pancho...Pues como dijo Doña Trini Pancho-le respondí- Pero hay un Dios! y con una media sonrisa, Pancho se apuro a beber la última cerveza, antes que llegara Laura a esa casa que compartían...
JoelLangarikaPuertoVallartaJaliscoMéxicoCRDReservados2006

Friday, February 09, 2007

TRES CIGARRILLOS...

Observo su imagen en el espejo: el pelo desaliñado, ojeras, barba de tres días y la mirada cansada. Se acercó al espejo, detenidamente -como si quisiera grabar en su memoria ese rostro, desconocido en él, tan pulcro- dejo salir el aire de su boca con lentitud, fue cuando la imagen más allá de su rostro le estallo en los ojos. Con pasos temblantes y apresurados llego al cuarto de baño, se postro en el water y vomito. Salió del baño y cogió la cajetilla de cigarrillos, encendió uno, se dejo caer en el suelo y como crío lloró. En la cama, el cuerpo de un hombre yacía tendido boca arriba, con los ojos desorbitados. Él, comenzó a relatar lo sucedido cuando llegó la policía. Los reporteros se apelmazaban queriendo tomar el mejor ángulo de ese circo de terror, del cuartucho del motel, del homicida y de la víctima. "crimen pasional", "marica muerto en riña de amores" "homosexual homicida" se leían en las primeras planas de los periódicos el siguiente día. La mucama, limpiaba el cuarto con asco, mientras quitaba las sábanas, rociaba lejía en el piso, en los muros y en water. Observo una cajetilla de marlboro blancos en la tarja del lavabo, se apresuro a abrirla y sacó uno, lo encendió y lo fumó. En la cárcel, Él, ansiaba un cigarrillo. En el cuarto, la mucama enfadada, metía la cajetilla a su mandil y murmuraba: "Chingados jotos, vienen, hacen sus porquerías, se matan, no dejan propina y si tres cigarrillos...putos!"
joelLangarikaPuertoVallartaJaliscoMéxicoCRDReservados5/2006

Tuesday, February 06, 2007

MISS LUPE

Los honores a la bandera erán precedidos esa semana por la clase de Miss Lupe. Anita, Luisito y Sandrita, erán los encargados de la escolta. Con la cara sería y en perfecta coordinación, los tres marcaban el paso por la explanada de la escuela, mientras Miss Lupe los veía emocionada. "¡Por fín, una escolta de mi clase directora!" exclamo emocionada, mirando la directoria del colegio. Miss Lupe, tosió agachando la cabeza, para disimular; las lágrimas que empezaban a aparecer en sus ojos. Miss Lupe entró a la sala de belleza la tarde anterior y con una sonrisa enorme, le pidió a la esteticista: Facial, masaje, pedicure, manicure y un retoque de tinte para su cabellera. " Ay mijita, ya te hacía falta, mira nada más las raíces negras que te cargas" Chilló Doris, la encargada del salón y aplico decolorante en el cabello mientras Lulis, se encargaba de los callos, juanetes y padrastros de los pies y manos, morenos de Miss Lupe. Esa tarde, Miss Lupe, salió de aquel salón, con una llamarada amarilla. "Sun shining" Había dicho Doris al aplicarselo. Camino alegre por la avenida principal y se detuvo en los grandes almácenes dispuesta a comprarse un ajuar, digno de representar el orgullo de la clase de estudios de aquel colegio. Esa noche, la Miss durmió satisfecha y a lamañana siguiente, veía emocionada a sus párvulos, luciendo su cabellera chingapúpilas, sus manos y pies impecables y un traje sastre color hueso que le asentaba el color de su tez; contrastando con la palidez de muerto de la anciana directora de la escuela. "¡Noooo Quieeeeeroooo!" Gritó ofuscada Anita, cuando su madre le acomodaba el uniforme recién planchado y se pinchaba los dedos tratando de prender al mismo, la insignia del colegio. "¡Estaé quieta, niña!" Dijo la madre y Anita como de costumbre, cerraba oídos para la voz de su madre y más se movía. "¡Riiiiita!" Gritó la madre exasperada y la mucama apareció en la puerta con la mirada mata-escuinclas y un mohín de burla en sus labios, que Anita desafió el primer instante en que sus miradas se cruzarón. "Rita, anda, prepara a esta niña que se hace tarde... Mientras yo voy y enciendo el auto" La madre de Anita ordenó y salió casi corriendo escaleras abajo. Rita cogió el prendedor al vuelo, cuando la madre se lo aventaba al llegar a la puerta, giró y se preparo para acomodarselo a Anita, está, la miro desafiante. Rita, clavo el alfiler de aquella insignia entre la blusa del uniforme y la piel de la chiquilla, Anita, sin llorar y con mirada asesina puesta en la mucama, solo dijo: "¡Puuuuutaaaa!" y Anita salió de la mano de Rita casí a rastras de aquel cuarto, sintiendo las uñas de la sirviente hincadas en sus brazos, mientras se susurraban desafíos y palabras bajando las escaleras. Anita y su madre, llegarón a tiempo al colegio esa mañana. "¡Andalé niña, apurate, ya vamonos, que se nos hace tarde!" Le dijo a Sandrita su madre y está, se miraba y re miraba en el espejo y le ordenaba a su vieja nana por quinta vez, que le acomodara la trenza. La nana cansada, lo único que quería era oir sus noticias en la tele y no aguantar niñas; jaloneaba a Sandrita sin despegar la mirada del televisor. "¡Ay no tontita...Me estas enchuecando la raya!" Bramó la nena y entonces, la vieja nana, raspó el cuero cabelludo de la niña con todas sus fuerzas, Sandrita se removió en su asiento frente al espejo y la nana le asestó un golpe con el mango del cepillo. "¡Ayyy nana tonta, le voy a decir a mi mami!" La nana sonrío nerviosa y beso a la nena susurrando: "Si tú le dices algo, yo en la noche, ¡te corto las trenzas y le pongo sapos en tu sopa niña malcriada!" Entonces, Sandrita se quedó quieta, quieta y seria frente al espejo, recordando la sopa de la noche anterior que la nana había preparado apurada y sin dientes, cansada y sudorosa, puesto que, toda la tarde se la había pasado revolviendo sus cosas, sacando ropas apolilladas del ropero, agazapada oteando bajo la cama; buscando su dentadura postiza. La nana estaba a punto de darse por vencida, cuando se le ocurrió buscar en el cuarto de Sandrita. Encontró al perro lanudo de la nena, amarrado de las patas, desesperado, moviendo cola y cuerpo con un chillido de miedo y cansancio; pero eso sí...Con una gran sonrisa en el hocico. "¡Andale wey, apúrate!" Le gritó a Luisito su hermano, mientras le jalaba las orejas y esté, le daba un puntapie en la espinilla, para inmediatamente después correr desnudo por el pasillo; hasta llegar a su cuarto. Roberto, el hermano mayor, bramó desde la sala en el primer piso apurandolos a ambos. La madre de Luisito, abriendo la puerta del cuarto que compartían los dos hermanos, los encontró en el piso dandose trompadas y mordiendose. Desesperada, los agarro a ambos, los apuró a que se vistierán, mientras los vigilaba y arengaba. "¡Ustedes dos nada más no pueden estar juntos, cabroncitos!... Se apurán a la de tres!" Gritó mientras daba un portazo y a zancadas bajaba la escalera. Cuando ambos bajarón, la madre los esperaba con un rictus de enfado, Luisito bajaba de dos en dos las escaleras, con la camisa fuera del pantalón, el cabello aún mojado y la insignia de la escuela boca abajo. Desesperada, cogió la botella de aluminio y roció el pelo de Luisito mientras este protestaba y chillaba con la mirada atónita y fija en su madre. Luisito sacaba la lengua con asco y estornudaba, Entonces la madre lo calló momentáneamente, porque el niño volvió a la carga: "¡Ay mami, mira, ¿ya vistes?... Es el esprai pa los moscos!" La madre sintió su cara arder y fué en ese momento que el reloj de pared, daba las campanadas del cuarto de hora para la entrada al colegio, Sin remediar lo hecho, cogió del brazo al nene y salió de esa casa, lo aventó literalmente al asiento trasero del coche y enfiló rumbo a la escuela. En el asiento trasero, Luisito era la burla de sus dos hermanos que no cesaban de hacer caras de asco y se tapaban la nariz con sus manos. Lusito llegó al colegio con cara de diablo y apestando a rayos. Miss Lupe, acomodó a sus púpilos en fila y marcharón hasta la explanada. Luisito, Sandrita y Anita, se mirabán serios uno al otro en el salón, mientras los compañeros marchaban afuera. Entonces Anita le mostraba la lengua a Luisito, y esté agachado miraba los calzones rositas con dibujos de caricatura de Sandrita; que sorprendiendolo intento cogerlo de los pelos, pero se le resbalarón las manos. "¡Guácala!...Que feo apestas!" dijo y Anita se empezó a reir con ganas. Lusito le tiró una patada y está se apartó, respondiéndole con un gajo de naranja que tenía en la mano y que fué a aterrizar en la trenza de Sandrita. Cuando Miss Lupe entró de nuevo al salón, se encontró a los tres nenes enlazados en una batalla campal. La Miss los separó como pudo, los sentó, escupió en su mano y arregló el pelo de Anita, que mirándola hizó un mohín de asco, después trenzó de nuevo el cabello de Sandrita, y arregló la insigna del colegio de Luisito, para que luciera impecable. Se quedó mirandoles, y en un gesto de aprobación levanto el pulgar. Con voz melosa y nerviosa a la vez; pregunto: "¿Qué les pasa mis amores?" La respuesta de los tres se perdió entre el tumulto de sus propias palabras y sus voces infantiles: "!MIMAMAMEROCIOCONSPRAIPAMOSCOS,MINANAMEDASOPADESAPOS, MIMUCAMAESUNABRUJA!" Miss Lupe,levanto ambos brazos y les pregunto uno a uno el motivo desu mal humor...Mis Lupe toda seriedad, casí grito: "¡Mirén pendejitos, es la primera vez en seis años que tengo en esta escuela de léperos, que escogen a mi grupo para la escolta y los honores a la bandera! Así que, oiganme atentamente" dijo seseando con furía estás últimas palabras "Los tres van a salir a ese patio, y van a hacerlo perfectamente, porque si no, A tí, le digo a tu nana que de te de comer sopa de sapo a diario, a tí, te doy a beber esprai para moscos todos los días y a tí; oyelo, bién, convenzo a tu mucama para que te venda con el prieto del gas!" Sandrita, Luisito y Anita, recibierón con cara de enfado y miedo, la bandera nacional, mientras Miss Lupe se limpiaba unas lágrimas agachando la cabeza y tosiendo; al lado de la directora del colegio. PuertoVallartaJaliscoMexicojoellangarika5/01/89DRCR

Sunday, February 04, 2007

UN SILENCIO LARGO, LARGO...

Apestaba a orines. Y definitivamente a mierda en esa oscuridad. Él escuchaba que al otro lado de ese cuarto, alguien arrastraba una silla, maldecía y hablaba con prisas. Escuchó el rechinido de la puerta al abrirse y luego, un dolor punzante en el bajo vientre, la patada en los huevos fue demasiado, aulló de dolor. Lágrimas de miedo y dolor corrían por sus mejillas, y el pañuelo sucio que le tapaba la vista no servía de nada. "¡Pinche bato, diles que estás bien pendejo...Oístes!" y en vilo lo levantaron, empujandole sin miramientos hacía una silla, sintió la piel de alguno de ellos, en su oreja y el frío del plástico después. Escuchó su nombre, la voz de su padre y sollozó..."Pá...estoy bien" fue todo lo que dijo y un manotazo en la mejilla fue la respuesta que no esperaba. Lo levantarón y a traspiés lo sacarón de la hediondez de ese cuarto. Respiro, respiro profundamente el aire fresco que recbía. Ramón bailaba alegremente, cachondeaba con Paulina su novia, masajeaba sus nalgas al compaz de la música, se repegaba, ella se dejaba hacer, moviendo su cadera hacia él. El pantalón abultado en la entrepierna de él, prometía la noche. Salierón de la discoteca abrazados, abrieron el coche, se besaron largamente y luego, la rápidez de todo aquello, lo asombraba, le temía. Solo recordaba a aquellos encapuchados que lo golpeaban y lo subían a una camioneta negra, y a Paulina aterrada, gritando y luego, el cuerpo de ella cayendo lentamente, luces por todos lados, rojas, rojas, rojo como el rojo en la frente de Paulina. Luego, la oscuridad total, después el dolor en la cabeza, en los huevos, en el vientre, el olor a orines, a mierda y ese silencio largo, largo. El padre de Ramón contestó el teléfono a las dos de la mañana, la voz al otro lado de la línea pedía una cantidad considerable en efectivo por su hijo. Las luces azules y rojas, que entraban por el ventanal de la sala, donde los padres de Ramón aturdidos aún, llamaban a amigos y familiares, entraron de lleno. Esperaron a oír el timbre de la puerta. La policía tocó en la casa vecina, Y los padres de Paulina se enteraron que está estaba muerta. Dos horas más tarde, el padre de Ramón en esa misma sala, escuchaba a los agentes policiacos, hablar de tácticas, procedimientos y soluciones. "Tengo ganas de orinar" dijo Ramón. "¡Pués mea cabrón!" escuchó y el dolor de una patada en la espalda lo dobló. Lágrimas y orines fuerón uno solo. Tres días después, Ramón vendado, tenía un dolor en el cuerpo, la asfixiante atmósfera de ese cuartucho, ya eran parte de su mismo olor. Ramón olía a mierda, a orines, a suciedad; Ramón olía a miedo. Cinco días más tarde, los padres de Ramón recibían una caja forrada en papel de china blanco. Adentro, tres dedos y en uno de ellos un anillo de oro con un ópalo iridiscente engarzado. En la oscuridad del cuarto, Ramón despertó de madrugada con un dolor intenso en la mano y un silencio largo, largo... PuertoVallartaJaliscoméxicoDRCR2000

Wednesday, January 31, 2007

De Esperas...

I
Penélope hilaba los años en la rueca del tiempo. Atizbaba el ponto con ojos cansados y tristes. Cuando él llegó, muchos años después, pregunto por ella. Nadie le supo decir nada. Entonces, tomo por esposa a la hermana del rey. penélope salió de su escondite. Se dió cuenta tarde que la larga espera había sido una ilusión tonta.
Esa misma noche, los perros tragarón hambrientos sus despojos.

II
penélope espero por él un tiempo. Se mantenía ocupada hilando en la rueca e imaginando las aventuras del amado, esos peligros al acecho, que tendría que sortear. Los días se convirtierón en meses, los meses en años. Esa mañana Penélope despertó cansada, ojerosa, harta. Se quitó el luto del alma y comenzó a observar a los hombres. Cuando él llegó muchos años después, no pregunto por ella, no le buscó; porque sabía que le esperaba en casa. Cuando abrió la puerta, no había nadie. Ni rueca, ni hilo, ni hijos y ni ella. En el pueblo cuentan, que un día agarro sus pertenencias y cambio de destino; ahora ella, era mujer del enemigo.

III
A Penélope él la encontró ajada, sucia, ojerosa, con canas. Ella le miró con el corazón en los ojos. Y fué en esa primera mirada, cuando ambos se dierón cuenta que ya nada era igual. Esa noche durmierón uno al lado del otro dándose la espalda. La mañana siguiente, Penélope volvió a su rutina diaria:
la rueca y el hilo Él, comenzó a indagar nuevas propuestas heroicas por venir.
Joel LangarikaPuertoVallartaJaliscoMéxicoCRDReservadossept2005

Sunday, January 28, 2007

COCO...

Coco, salió apurada, poniendose la mantilla y el colorete palido en las mejillas de cartón, por el pasillo y dejando la puerta de la recamara abierta, con pasitos menudos, acomodada la mantilla y el colorete, buscaba presurosa las llaves del viejo portón de madera. El sol del mediodía inundaba el patio y las gardenias pedían con sus petalos blancos, casi marchitos agua. Barrabás el perro enclenque, echado junto a la pileta de agua, levanto la cabeza al oir a su ama y movio sin ganas la cola, para volver a cerrar los ojos y echar la vieja cabeza en el enlozado añejo. Todo olía a viejo en esa casa, los ochenta años de Coco, los roperos con vestidos enmohecidos, los pájaros sin trinos, los corredores con sus paredes empapeladas y cayendose...La juventud de la casa y de Coco se habia ido lentamente y con pesadumbre. La casa sin voces, y la voz de la dueña; oxidada entre rezos y labores propias de una señorita decente: bordar y tejer primorosamente para otros. El reloj en el campanario anunciaba las doce en punto, con sus campanadas y el vuelo de palomas en la plaza, Coco seguia apresurada las sombras de las otras que se dirigian a la Iglesia, saludando a unas siguio su camino, "ay diosito, dame fuerzas, dos cuadras más, dos cuadras más, que no se vaya, que no se vaya" repetía quedamente, haciendo mutis y dando pasitos largos. Cuando llegó al consultorio, el Doctor estaba a punto de cerrar la puerta, se detuvo cuando miro a la vieja alzar la mano y con ojillos suplicantes mirarlo. Abrió de nuevo y entro la anciana. En el locutorio, tras la mesa de madera que servía de escritorio, el joven doctor escuchaba atento los malestares de Coco y con sus ojos azules cansados, la observaba detenidamente. Coco parecia ajena al mundo y su boca no paraba de dar explicaciones. Dos meses, con todos sus días, desde que el joven doctor llegará al pueblo ese, abandonado de la mano de Dios, lleno de viejas decrépitas, de polvo y sol incendiario; había escuchado el mismo argumento, las mismas molestias, las mismas palabras, por eso, sin premeditar y concientemente, justo en la frase: "Doctorcito, es que son estos calores "noturnos" que no me dejan!", el joven doctor de los ojos azules, se levanto como resorte y expetó: "Mire anciana, de lo que está enferma Usted, es de ganas!, le hace falta un buen macho que la monte y se le acabarón todos sus problemas! " Coco, abrio la quijada, y como pudo se levanto, dandole la espalda al doctorcito, salió más rápido y con más prisa que cuando venia a verle. El portón se abrió en aquella casa desvencijada, chirriarón sus postigos, espantando a las gallinas, y Barrabás con la cola en alto moviendola, saludaba a su ama. "Saquese perro cabrón, no estoy pa´que me muevan la cola!" Cerrando la puerta Coco se dirigio murmurando hacia la sala: "pos ni que estuviera tan guapo....pa´mi que ni curar sabe!" JoelLangarikaPuertoVallartaJaliscoMéxicoCRDReservadosnov2006

Sunday, January 14, 2007

COMO PALO DE GALLINA...

Morir es una cuestiòn de tiempo o de ganas. No sè, pero en el caso de Arturo era el tiempo el que apremiaba. Solìa decir que la vida era una verdader belleza y la muerte la coronaciòn de la misma, siempre y cuando amigo mìo- decìa- se muera apaciblemente. Por eso, cuando me llamaròn esa tarde con la noticia de su muerte, lo ùnico que hice fue beberme un buen trago de tinto en su honor y sonreìr por el tiempo compartido.Pero fue màs tarde, dos o tres dìas despues, cuando supe que Arturo se habìa ido de este mundo tal cual era: gruñon, valemadrista, malhablado y cascarrabias, en fin, que se habìa ido en todo su esplendor a pesar de la debilidad que su enfermedad le entregaba, ademàs de su cuerpo enjuto: "Puès mira tù, que justo dos minutos antes, con su voz dolida me dijo, mientras le acomodaba la almohada: "Madre...oye esto" " Y empezò a respirar y se le escuchaba el pecho como un trenecito destartalado, como si fuera un motor todo jodio, ay mi hijo" "Oye madre...oye ese sonido" "Y pues yo, le decia que no, que no escuchaba y el dale y dale respirando y ese trenecito destartalado, ese sonido a flemas y mocos y quien sabe que jodidos pues! y que me dice: "Puta madre pues, que esta màs chingada que yo!" "Y que estira la pata mijo! yo por no hacerlo sentir peor y decirle si, si lo estoy escuchando, sali como los palos de las gallinas; toda cagada!" Y no pare de reir en un buen rato, la muerte se lo llevo como quizo y como habìa sido; todo un cabròn gruñon y quisquilloso. JoelLangarikaPuertoVallartaJaliscoMèxicoCRDReservadossep2006